lunes, 4 de abril de 2011

Libertad expresión

Cada día me arrepiento más profundamente sobre el hecho de tener una televisión en el cuarto. Al principio fue una negativa absoluta que se topó con reacciones emo, por parte de aquellos que me alquilan el cuarto. Debido a esto y con el ánimo de no interrumpir la armonía, decidí probarla.

Han pasado como 12 años desde la última vez que tuve televisión en el cuarto. Y bueno, creo que de a poco me ha consumido uno que otro programa en el cable: Simpsons, DWtv, DCH,etc. Pero aún así tengo muy presente la temporalidad a la que está sujeta esta etapa de transición hasta terminar de acomodar los rincones del nuevo hogar.

El punto es que hoy por la mañana ya fue el colmo. Los noticieros son basuras, las novelas patéticas, los programas de cable cada vez más ruidosos y los espacios de música no valen la pena.
Recomiendo sólo dos canales DWtv y Tve. Por lo menos dan una propuesta bastante interesante acerca de conocimientos, lugares...y son canales cuyo volume está menos 5 puntos en relación a los demás canales.

Esto de la libertad expresión es tan complicado de delimitar. Uno no debería tener el espacio para decir lo que piensa, sólo por pensarlo. Inclusive este mismo blog, se convierte en contaminación visual de internet, como el smog, o los buses o el tráfico...es una cagada todo. Hace falta tanto tener esquinas silenciosas, espacios donde uno no conozca a nadie, ni lo haya visto por facebook, ni tampoco esté en su lista de mails. Hay tanto ruido en internet.

Nadie debería tener el derecho a berrear la música buena. Y entiéndase buena como aquella que habló a través de los años y que de repente en un arranque de generosidad, alguien se la compartió a otro alguien, y éste, haciendo uso de la "libertad expresión", la situó bajo su "música favorita", "palabras que me describen", mis "7 canciones de siempre", y otra sarta de estupideces como 'tweet-ear' "la parte que más me llegó", o que se yo.

Entre las cosas buenas que aprendí de la pamela, fue que uno no debería decir que su autor favorito se deriva de un triste libro que leyó alguna vez y sólo una vez, sino que hace falta vivirlo a través de sus años, de sus obras, de sus libros comerciales, de sus obras inmortales...como diría Enrique: "mi carrera ha sido tan larga y cambiante, que pudo haber decepcionado a todos en algún punto". Y si luego de eso, todavía es tu artista favorito, autor, actor, director, música, etc. favorita, entonces será verdad. Eso aprendí de la man, y ahora, luego del 3 libro (y empezando el 4to de 6 disponibles en mi cuarto) de Marías, puedo decirte que -me gustó la batalla...que me diste. Aunque es seguro que la volveré a leer en un par de años y probablemente ni esa quede. En fin.

El punto es que esto de la libertad expresión se vuelve cada día más caótico. Y los espacios menos silenciosos.

La solución sería volver al esfero y cuaderno...pero allí entra en juego un conflicto de interés espiritual-social.
Qué problema! qué problema!!

Odio a la comunidad twittera que convirtió en chat barato ese espacio con tan buenas ideas fundadoras. Odio el tageo del facebook. Odio a los tauromaricos! 9 veces sí Señor Correa!.

Odio que la gente loguee como propio todo lo que se le pasa por las manos sin reparar un segundo en degustarla en silencio; que no puedan reparar en una conversa de a dos sin notificar al mundo que lo están haciendo. Es tan estúpido todo esto. Sin cabeza. Y todo sólo por engrosar su perfil HC ante la opinión pública.