sábado, 13 de febrero de 2010

La cobija Azul

En las navidades compré una cobija cálida de color azul intenso. El fin de esta cobija era regalarle a la viejita un reemplazo a su poncho rojo con el que se pega las siestas de fin de semana. Al final de cuentas, los ratos libres en la semana ya no eran tantos como para descansar, y los fines de semana da lo mismo si duermen dos horas como 6, el punto es que se subutilizaba la cobija como tapete de las sillas por falta de atención y un cariño intenso al poncho rojo.(Suele pasar, sé lo que se siente...)

Me vi en la obligación de tomarle prestada todas las noches hasta próximo aviso. Entonces descubrí que mis gatas sienten pequeños orgasmos con la textura de la cobija. Se quedan horas y horas allí, tendidas como nunca antes sobre ninguna otra superficie, habían yacido.

Nadie sabe para quién trabaja...eh?

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