lunes, 28 de septiembre de 2009

Es hora de convertirme en desgraciada

He visto mi rostro en el reflejo de la ventana:
piel pálida como mármol y un par de ojos gigantes...tan vacíos, vacíos...petrificada...
Una lágrima inquieta baja por mi piel: -tanto dolor para un ser tan diminuto-
De qué me sirve esta instancia injusta?...si frente a la marea de mis promesas soy sólo un niño asustado...
Criatura imponente en apariencia, eres tan sólo la dulce miel en el campo, prohibida por su alto contenido de veneno...
Y es ahora que me doy cuenta que el veneno me está haciendo daño a mí, también...que me siento en completa escasez de esperanza...
Pero si se debe terminar con un final feliz, tan sólo me queda decir:
"La esperanza dispone de tantos terrenos valdíos"
(lamentablemente no se en que territorio se encuentran, ni si las pocas monedas que tengo, me alcanzan para construir mi morada en ese lugar tan paradisíaco).

No hay comentarios:

Publicar un comentario