martes, 9 de septiembre de 2008

Otra vez

La pesadilla que me persigue. Otra vez me levanté a las 3 de la mañana con desaire y con la cabeza tan llena de situaciones inverosímiles; pero qué tan no ciertas son? recuerdo que no llegué a un lugar y que de la bruma salió una voz que decía que la noche caería nuevamente. Otra vez la misma situación de angustia en la que duele el tiempo y abrir los ojos para descubrir que todavía no es la mañana.
Esa única angustia que puede sentir quien tiene la cabeza recostada en la almohada y que sus ojos son los únicos que intentan entender lo que acabó de pasar sin poder mover un sólo músculo... sin que el cuerpo obedezca la orden de pararse. Luego ya amanece, luego ya se siente débil. Luego ya es temprano y no importa si todavía duermes; ya tengo una excusa para hablarte sin sentir que invado el santo sueño: el sol. Pero dónde estabas cuando no amanece tan pronto y aún cuando la montaña salió por tu balcón. Dónde.
La apariencia no es sincera

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