sábado, 12 de junio de 2010

So you think you can tell heaven from hell

Hace como un par de años, estaba viendo un programa de televisión en la casa de Gabriela, que por motivos de privacidad la llamaré así, cuando de repente su papá arribó.

Instantáneamente, el hermano de Gabriela salió a saludar también y fue un momento en el que todos éramos concurrentes en un mismo sitio. Algo extraña la situación, en fin. El diálogo fue el siguiente:

- Buenas nocheees! Uy, por qué no prenden la luz? -dijo el padre mientras aplastaba el enchufe una y otra vez creyendo que la luz trabaja bajo presión o algo así.
(el lugar tenía 3 diferentes focos, cada uno podía alumbrar suficientemente el espacio, pero sólo uno de ellos estaba prendido)

- No hace falta!, y para ahorrar un poco de luz. Aflojé los focos de las boquillas -dijo el hijo
(el muchacho venía de laburar el verano en Un Techo Para Mi País)

- Pues a mi me gusta la claridad...como todo... en .....mi vida: ....cla-ro. -respondió el padre mientras enroscaba nuevamente el foco contra la boquilla y me veía con una mirada que no sabía distinguir si era pregunta o un 'admírame'

-0-

Al poco tiempo me enteré que el medidor de luz de la casa de Gabriela estaba dañado, y que sin importar cuánta luz se consuma, el valor de la factura oscilaba siempre entre los mismos valores (5 a 10 dólares).

Peor aún, esta situación era de conocimiento de todos los miembros de la casa, y da la casualidad que el papá de Gabriela promulgaba y defendía a siniestra más que a diestra, el gobierno de la revolución ciudadana.

No pasaron 2 meses cuando empezó la época de cortes de luz, y un individuo de la Empresa Eléctrica se percató del desajuste del medidor y lo cambió por uno funcional. Luego se intercambiaron los papeles, y era yo quien irrumpía en ese hogar. El diálogo fue algo así:

- (tok tok) (la puerta se abre...) Buenas no$"#&"//plaaaaftintuaac...boing! (la olla de fritada, versión recuerdo para la mesa de la sala de estar, al suelo!!!). Chuta, disculpe... es que hay tan poca luz! -dije (los tres focos desenroscados, y la casa con la luz del poste que se colaba por la ventana)

- Hay que ahorrar luz, ya sirve el medidor -dijo el padre.

FIN

(la historia no fue precisamente así, pero con fines didácticos...)


Moraleja: Las ollas de fritada van en la cocina.

Si a alguien se le ocurre otra moraleja.......................................................

2 comentarios:

  1. haha
    a la revolución ciudadana le cuesta ponerse en marcha
    haha

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  2. jajaja...que tal: desenroscar las ideas te pueden llevar al ahorro eterno de luz. mal mal. Ya se me ocurrirá algo más!

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